Es posible que estés cansado llegar a final de mes y el dinero no te alcance. Por ello, no está demás aplicar un poco de magia para activar esas energías y que mejor que un ritual de la prosperidad para lograrlo. Probablemente te suene a superstición, pero lo cierto es que estas prácticas sociales y simbólicas tienen por objeto recrear a la comunidad y construir algo.
Todo lo que debes saber ritual de la prosperidad
Para empezar debes modificar tus pensamientos, actitudes y con ello las acciones referentes al dinero; no le dejes nada a la suerte o a la energía, toma acciones concretas y responsables.
Los rituales se tratan de contruir y para ello es importante trabajar la atracción con algunos pasos que te vamos a dar.
1- Cuando mantienes un orden del registro de gastos y deudas,puede determinar qué realmente haces con tu dinero.
2- Usar el sentido común para gastar es una gran ritual de la properidad te permite comparar antes y además te ayudará a tomar la mejor decisión.

3- Contar con la información necesaria antes de elegir en qué gastar te llevará a tomar las mejores decisiones sobre el uso y disposición de tu capital.
4- En este paso puedes practicar algo de lo que comentabamos anteriormente; darle otro significado al dinero y aplicar esa energía positiva. Puedes probar con llamarle al dinero con un nombre que te guste.
5- Suprime la culpa al comprar algo. Ciertamente tendemos a sentirnos culpables cuando realizamos un gasto determinado. Permítete un instante para gastar en algo que tengas tiempo querido.
6- Piensa en una idea para ganar más dinero, cambiar de trabajo, activar algún talento o iniciar una inversión. Anótala en un pedazo de papel, mételo en un globo, suéltalo y repite: “Mi edad es hermosa para mi nuevo proyecto” e ¡Inícialo!
7- Un ritual de la prosperidad sin buena vibra no es ritual y que mejor que asistir y compartir con gente con emane energía positiva. Por ello, rodeate de personas que tenga hábitos sanos, sabios con el dinero.
8- En ese momento que sientas que agobio por no tener dinero, llama la abundancia, ve a un restaurante y come sin preocuparte o realiza una actividad que te relaje.