Ministro de Asuntos Exteriores ruso acusó a Estados Unidos de «jugar con fuego» en torno a Taiwán
Para el momento, Ucrania ya no es el principal motivo de debate internacional, ahora es otro. Recientemente, Sergei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso acusó el sábado a Estados Unidos de «jugar con fuego» en torno a Taiwán, en un discurso muy crítico con Washington en la reunión anual de las Naciones Unidas.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso acusó a Estados Unidos
En su intervención durante un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Lavrov, alega que, Estados Unidos intenta ahora «subyugar» las zonas asiáticas, criticando la formación por parte de Washington de agrupaciones de países de «formato cerrado» en el Indo-Pacífico.
«Están jugando con fuego en torno a Taiwán. Además, están prometiendo apoyo militar a Taiwán», sostuvo Lavrov.
Para nadie es un secreto que las tensiones entre Washington y Pekín en torno a Taiwán se han disparado tras la visita a la isla en agosto por parte de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la que siguieron simulacros militares chinos a gran escala, así como la promesa del presidente estadounidense, Joe Biden, de defender la isla gobernada democráticamente.
Por otro lado, el presidente Putin apoyó explícitamente a China respecto a Taiwán. «Tenemos la intención de adherirnos firmemente al principio de ‘Una sola China'», dijo Putin la semana pasada. «Condenamos las provocaciones de Estados Unidos y sus satélites en el estrecho de Taiwán».
«El mundo entero en su patio trasero»
Otras de las acusaciones de Lavrov se basaron en que Washington intenta «convertir el mundo entero en su patio trasero» mediante sanciones. Califico en palabra textuales como: «Es una dictadura pura y dura, o un intento de imponerla».
Según sus palabras, la política de Occidente socava la credibilidad de instituciones internacionales «como órganos de la conciliación de intereses y de derecho internacional como garantía de justicia y defensa de los débiles contra la arbitrariedad».
El alto funcionario sugirió que estas tendencias negativas se han expuesto abiertamente «en forma concentrada» en la ONU, erosionando los principios sobre los cuales se fundó la organización.
