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La administración de Biden enfrentará nuevos desafíos con la guerra de Ucrania

Este jueves, el presidente estadounidense, Joe Biden, reanudó la actividad en su país tras regresar de la cumbre del G20 en Indonesia y con la perspectiva de enfrentarse a nuevos desafíos con la guerra en Ucrania.

Al parecer, la explosión de un misil en Polonia ha dejado en evidencia la posibilidad de que se agrave la crisis en Ucrania, pese a que la OTAN dejó claro que no fue un ataque deliberado de Rusia y que el misil en cuestión parecía ser ucraniano.

Sobre los nuevos desafíos con la guerra en Ucrania

Tras regresr a Washington, Biden deja atrás una gira internacional que lo llevó a la Cumbre del Clima COP27 en Egipto desde donde se dirigió a la ASEAN en Camboya y al G20 en la isla indonesia de Bali, escenario de su primer cara a cara con el presidente chino, Xi Jinping.

nuevos desafíos con la guerra de Ucrania -biden

Su ultimo día en Bali estuvo marcado por las discusiones en torno a la explosión de un misil en Polonia, cerca de la frontera de Ucrania y que dejó dos muertos, así como por los ataques rusos contra varias zonas de Ucrania que provocaron interrupciones en el servicio eléctrico.

En paralelo a la cumbre del grupo de los Veinte, los líderes del G7 y de la OTAN, incluido Biden, se reunieron de emergencia para abordar esos ataques y, al final, publicaron un comunicado conjunto repleto de llamados a la calma.

En el propio G20, Biden puso en valor el poder de la diplomacia y dejó claro lo que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y sus aliados pueden lograr cuando se unen.

Después de duras negociaciones, la mayoría de los miembros del G20 acordaron una declaración conjunta de condena a la guerra de Ucrania, algo que parecía imposible antes de la cita de Bali.

Enfocado en China

La actividad de Biden, por tanto, estuvo centrada en Ucrania; pero el foco lo tuvo puesto en China y en la necesidad de fortalecer sus alianzas con el Sudeste Asiático.

Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, que se conocieron cuando eran vicepresidentes de sus países, protagonizaron su primera reunión en persona como jefes de Estado en Bali.

Los dos líderes escenificaron un acercamiento destinado a evitar que la rivalidad entre EE.UU. y China desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán.

Biden llegó a esa reunión con Xi después de asistir en Camboya a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y la cumbre de Asia Oriental.

En esos encuentros, Biden defendió la legalidad internacional para la libertad de navegación en el mar de China Meridional, donde Pekín mantiene un litigio soberanista con varios países como Vietnam y Filipinas, y expresó su preocupación por la amenaza de Corea del Norte y sus pruebas con misiles.

Además, en los márgenes de esas cumbres, el estadounidense se reunió con sus dos mayores aliados en Asia: el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk-Yeol, con los que intercambió ideas para prepararse para el encuentro posterior con Xi.

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