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Bombardero nuclear furtivo B-21 Raider, fue presentado en Palmdale California

Estados Unidos presentó este pasado viernes, su nuevo bombardero nuclear furtivo, B-21 Raider, invisible a los radares, en California.

La USAF y la compañía de defensa Northrop Grumman, lo revelaron al mundo en la base de la fuerza aérea Edwards, en Palmdale.

El B-21 Raider, es el primer bombardero nuclear furtivo estadounidense, nuevo en más de 30 años.

Casi todos los aspectos de su programa están clasificados.

Durante la presentación, el secretario de Defensa de los EEUU Lloyd Austin dijo que aunque «el B-21 parece imponente por fuera».

Sin embargo, destacó que «lo que hay debajo del fuselaje y sus recubrimientos de era espacial son aún más impresionantes».

El público pudo ver por primera vez al Raider en una ceremonia estrictamente controlada, sobre la Planta 42 de la Fuerza Aérea en Palmdale.

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El nuevo bombardero nuclear furtivo puede bombardear Moscú o Pekín sin ser detectado

El acto comenzó con un sobrevuelo de los tres bombarderos aún en servicio: el B-52 Stratofortress, el B-1 Lancer y el B-2 Spirit.

Momentos después, las puertas del hangar se abrieron lentamente para mostrar al nuevo bombardero nuclear furtivo.

La aeronave hizo su primera aparición al público, cuando fue remolcada parcialmente al exterior del edificio.

El Pentágono necesita modernizar sus tres sectores nucleares, y el B-21 Raider es uno de los esfuerzos para lograrlo.

Estados Unidos busca enfrentar la rápida modernización militar que lleva a cabo China, y este proyecto es un ejemplo de ello.

El gigante asiático va en camino de contar con 1.500 armas nucleares para 2035.

La seguridad nacional de Estados Unidos está amenazada, por logros en guerra cibernética y capacidades espaciales de China.

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Este bombardero nuclear furtivo de la exhibición, marcado con el 0001, es el primero de una flota de 100 aeronaves.

Esta primera flota está destinada, a ser la principal fuerza de ataque estratégico de Estados Unidos.

Los B-21 Raider, en teoría, pueden bombardear Moscú o Pekín con armas convencionales o atómicas, sin ser detectadas.

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