El consumo de alimentos ultraprocesados aumenta por la inflación
La razón por la que el consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado no tiene nada que ver con su sabor, sino con el presupuesto, pues suelen ser mucho más baratos que los frescos. Para gran parte de la población, dejar de consumirlos simplemente es un lujo, especialmente en tiempos de inflación.
Que los helados, los snacks, los nuggets de pollo, las salchichas, los refrescos y los platos procesados no son una opción alimentaria saludable es algo que nadie discute a estas alturas. Pero no se trata de una cuestión de libre elección individual de lo que comemos sin más: uno de los factores que más influye en los hábitos alimentarios de la población es el precio de los alimentos.
Sobre el consumo de alimentos ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados son más baratos que los frescos o los mínimamente procesados. De ahí que su consumo sea mucho más alto entre las clases más desfavorecidas, que a su vez están más expuestas y son más vulnerables a la publicidad.
Los estudios de intervención son concluyentes al respecto: la mejor manera de promover una alimentación saludable es mediante políticas económicas.
Eso implica reducir el precio de los alimentos saludables, junto con subsidios a los grupos más desfavorecidos para su adquisición, y encarecer los no saludables mediante impuestos.
Por esta razón los productos ultraprocesados son más económicos
Si atendemos a su definición, los alimentos ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que contienen poco o ningún alimento fresco, e incluyen en su composición una gran variedad de aditivos industriales como estabilizantes, potenciadores del sabor, aromatizantes o emulsionantes.
Además son ricos en energía, grasas no saludables, almidones refinados, azúcares libres o sal, y pobres en proteínas, fibra dietética y micronutrientes.
Son ultraprocesados, entre otros, los productos de bollería y pastelería, galletas, helados, cereales de desayuno con azúcar, pizzas y platos preparados, carnes y pescados procesados (nuggets de pollo, hot dogs, salchichas, hamburguesas, palitos de pescado, etc.), la mayoría de snacks salados y dulces, y las bebidas edulcoradas, como refrescos, zumos y bebidas lácteas, incluyendo las fórmulas infantiles y las leches para niños, mal llamadas leches de crecimiento.
Se trata de productos diseñados para resultar muy sabrosos y atractivos, con una vida útil prolongada, listos para consumir en cualquier lugar y momento.
Como las materias primas que se utilizan son baratas, su coste de producción es muy bajo. Normalmente se publicitan mediante técnicas de marketing cada vez más sofisticadas y agresivas, y son distribuidos ampliamente. Como lo normal es que estén disponibles 24 horas al día en cualquier parte, incluso en el interior de edificios públicos y en las calles de pueblos y ciudades, resultan altamente rentables.