¿Por qué Estados Unidos se quedó con Texas?
Hablar del momento de cuando Estados Unidos se quedó con Texas, puede herir a uno e ilustrar a muchos. Ciertamente, la pérdida del estado Texas en 1836 hace referencia a la incapacidad del gobierno mexicano de recuperar ese territorio durante los años y que precedieron a su integración con Estados Unidos, 1845.
Sin duda alguna se trata de un hecho que desde aquel tiempo ha afectado el sentido de identidad de los mexicanos y el crecimiento del nacionalismo mexicano.
Estados Unidos se quedó con Texas
Paradójicamente, los estadounidenses no habían ocupado por la fuerza el territorio de Texas ni, en la mayor parte de los casos, habían ingresado ilegalmente allí.
Por otro lado, historiadores resaltan que, México se vio en la necesidad de poblar sus territorios al norte porque estaban bajo la amenaza del imperio español, del imperio francés y del nuevo país que se había formado en Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno no tenía ni los recursos, ni la gente suficiente para colonizarlos y esto fue aprovechado por otros.
La decisión de anexarse a Estados Unidos causó una protesta mexicana, ya que el Tratado de Velasco de 1836, cuando Texas se independizó, estipulaba que si la región se separaba de México no podría ser parte de Estados Unidos y finalmente derivó meses después en una declaración de guerra.
El conflicto armado se prolongó hasta 1848, cuando, por medio del Tratado de Guadalupe Hidalgo, México traspasó a Estados Unidos un territorio que hoy incluye todo o parte de los estados de Texas, Nuevo México, Arizona, California, Utah, Nevada, Wyoming y Colorado.
Actualmente, lo que se considera como un despojo territorial, era en parte consecuencia de una realidad demográfica “insoslayable”: por cada mexicano que residía en ese territorio había unos 10 colonos de origen estadounidense.
Un estado importante
La importancia del estado es notable. En sus 254 condados viven 1,5 millones de veteranos militares de EE.UU. y cuenta con un producto interior bruto de 1,8 billones de dólares, lo que le convertiría, si fuera un país independiente, en la décima mayor economía del mundo, comparable a Rusia, pero mayor que Canadá, Corea del Sur, Turquía, Holanda y Arabia Saudí.