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Tiroteo en el Methodist Dallas Medical deja dos fallecidos

Un tiroteo en el Methodist Dallas Medical dejaría el saldo de dos fallecidos y un detenido bajo sospecha como autor del hecho.

Dos empleados del centro sanitario Methodist Dallas Medical, en Texas, murieron en medio del suceso.

Los empleados recibieron dos disparos durante un tiroteo registrado la mañana de este sábado dentro del recinto hospitalario, así lo informó el portavoz del centro de salud, Ryan Owens.

El sospechoso, que estaba en libertad provisional, está bajo custodia policial, según recoge la agencia Sky News.

Un agente de policía del Sistema de Salud Metodista llegó a la escena, enfrentó al sospechoso y disparó su arma contra el sospechoso.

Néstor Hernández, de 30 años, fue arrestado bajo sospecha de asesinato tras resultar herido por un oficial que abrió fuego contra él con el objetivo de reducirlo.

El sospechoso se encontraba en libertad condicional por un delito de robo y tenía una pulsera de monitoreo en el tobillo

Hasta el momento el Departamento de Policía de Dallas no ha revelado posibles motivos.  

El centro de salud situado en el estado de Texas transmitió sus condolencias por la pérdida de los dos miembros del equipo en una declaración escrita.

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Methodist Dallas Medical

Tiroteo en el Methodist Dallas Medical: Otra muestra de la violencia

El tiroteo en el Methodist Dallas Medical es una nueva muestra de la violencia en los centros de salud.

Hay una tasa de 12,7 eventos violentos por cada 10.000 trabajadores a tiempo completo.

Es aproximadamente tres veces mayor que las registradas para todas las demás profesiones, según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos.

Un informe reciente de Press Ganey mostró que, en promedio, dos enfermeras fueron agredidas cada hora en el segundo trimestre de 2022.

Eso se traduce en alrededor de 57 agresiones por día en los EE. UU”, se lee en el comunicado.

El incidente sucede luego del tiroteo en un hospital en septiembre en Little Rock, Arkansas, en que murió un visitante y otro en junio en Tulsa, Oklahoma, que dejó cuatro muertos, donde el presunto atacante de la masacre estaba armado con un rifle y una pistola.

El jefe de policía de Dallas, Eddie García, dijo en Twitter que estaba indignado por la falta de rendición de cuentas y la farsa del hecho de que bajo este sistema en quiebra, le dan a los criminales violentos más oportunidades.

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