Esta es la ruta ilegal de los zacatecanos para llegar a Texas y California
Los zacatecanos ya tienen una ruta ilegal, pero establecida, para poder llegar hasta Texas y California.
A un costo de 180 mil pesos, los habitantes de Zacatecas pueden cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
Un requisito indispensable para hacerlo es contar con un Coyote, para que sirva de guía en lo intrincado y desconocido del terreno.
Estos datos se desprenden del testimonio ofrecido por Gregorio Rodríguez, un habitante de Villa González Ortega en Zacatecas, a UnoTV.
El hombre asevera haber logrado la odisea de cruzar hacia Estados Unidos de manera ilegal, durante los últimos 25 años.
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Hace 25 años pagaban solo 500 dólares
Rodríguez recuerda que hace 25 años, el precio por cruzar era mucho menor. La situación para 2022, cambió drásticamente.
«En aquellos años a nosotros nos costaban 500 dólares, 600 dólares, mil dólares, hasta ahí; pero ahorita no, ahorita ya son de 7 mil, 8 mil, 9 mil dólares», cuenta.
El zacatecano explica que la negociación se hace en México. En el país se establecen los términos, y el pago se concreta una vez que la persona llega al destino fijado.
No obstante, los traficantes verifican antes al responsable del pago en Estados Unidos.
Una vez que lo contactan y se acuerdan los términos, se dan las instrucciones de traslado en México para que los migrantes se reúnan en la frontera.
«El trato que se hace aquí, si tiene un familiar allá, un hermano, una tía, un sobrino, lo que sea, familiar y se comprometen a pagar, cuando a uno lo entregan, ahí está el dinero, entonces nada más se lleva uno aquí sus gastos», explica al respecto.
Los trailers son una nueva modalidad
La modalidad de transportarlos en trailers es algo nuevo. Rodríguez dice que antes se trasladaban en un vehículo, que podía ser una camioneta.
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Los migrantes padecían las carencias de siempre, pero el transporte era seguro.
«Ahora ya están agarrando esa modalidad de meterlos en una caja de un tráiler, antes en carro, en camioneta, en otro tipo de vehículos, pero iba uno seguro. Claro, sufría uno sed, hambre, esto, lo otro, pero a veces el mismo chofer se paraba y nos compraba agua, nos compraba alimentos», señala.
